lunes, 2 de mayo de 2011

Cápsula+Dead Meadow+Spindrift


El sábado pásado me planté, tras el viaje ni anodino ni entretenido en el autobús y un bocadillo de tortilla más que decente, en la sala Mogambo. Por diez míseros euros (¡10€!), pisaron la diminuta sala de Pasajes los americanos Spindrift y Dead Meadow acompañando a Capsula. Tras pagar la entrada y hablar algo con la gente que por allí había a las 21 y poco (muchas gracias al camarero y a las chicas por la acogida), pillé por banda al cantante/guitarrista de Spindrift, que bajaba de la prueba de sonido, para decirle que Songs from the ancient age y The legend of God's gun son dos discazos como la copa de un pino, que había ido a verles principalmente a ellos, que Adavan Diazapan suena a Electric Wizard y que la canción The new west es mucho mejor sin voz, que la que aparece en The west, anterior en el tiempo, no me convence (sonrisa de "no sé qué decir" del cantante tras escuchar tanto elogio).

Bastante pasadas las 22:30 comenzaron los vaqueros de Spindrift. "Red reflection!" grito (fui yo), "Yuhu!" responde el cantante y los primeros compases de Titoli resuenan por la sala mientras me voy animando moviendo el cuerpo medio en trance, medio imbuido del ambiente psicodélico hasta que ¡se va la corriente! Una vez ocurrió con Spindrift y, a lo largo de la noche, otra con Dead Meadow y un par más con Capsula. Lo único positivo que se puede sacar de ello es que fue en la primera canción. Comienzo de nuevo y tras Titoli enlazan con The legend of God's gun. Concierto animado en el que dieron un repaso a sus temas más puramente psicodélicos (Red reflection! Genial la voz de la chica), a los de caravana por el Oeste (Ace Coletrane) y a los spaghetti western terminando con Indian run, ya con el público gritando y haciendo el indio (broma hábil). Diría no sólo que gustaron a los pocos que los conocíamos, sino que sus canciones más morriconianas calaron entre la gente.



Sin embargo, se notaba que los allí congregados fueron más por los segundos. El diminuto espacio para el público se hizo aún menor y el calor era ya asfixiante para cuando salieron Dead Meadow. Psicodélicos, con esa tendencia recogida de los grupos sesenteros/setenteros a improvisar y alargar sobre el escenario las canciones haciendo que cobren otra dimensión, con un batería entregado (y que los que conozcan al grupo corrijan o añadan lo que deseen). Mi práctico desconocimiento del grupo, la elevada temperatura y la bola de sonido que se generaba desde los amplificadores me impidieron disfrutar de todo el set-list, aunque cuando cayó At her open door ya entré algo más en el concierto.



Por último, Capsula dieron lo que más o menos esperaba, según lo que había leído. Canciones potentes con regusto a Sonic Youth entre otros, buenas líneas de bajo, baterista disfrutando dándole de hostias a los platos y postura de "somos ruidistas también" por parte del guitarrista al frotar la guitarra contra el techo con el público enfervorecido. Buen concierto, aunque no mi estilo para estar en medio con la gente.



Movimiento post-concierto, bailes con garage y rock sesentero de fondo, camisetas de Reznik, Rhino y Black Sabbath (también moderneo), charlas con la gente de Spindrift, Roky Erickson con el cantante de los mismos, Pentagram, Graveyard y conversación gracias, entre otros, a una chica con bolso con la portada del The alchemist de Witchcraft (¡gracias, Marta!).