Cambian los tiempos, cambian las costumbres, cambian los regímenes políticos y cambian los diseños de portadas. El mundo de los videojuegos también se ha visto inmerso en esta constante y con el paso de los años hemos asistido a la evolución de las cubiertas de las cajas, de las hechas a mano en los 80 hasta las actuales, diseñadas con ayuda del ordenador. Personalmente, pues de eso va la entrada, prefiero aquellas dibujadas al modo tradicional y hoy casi desaparecidas (sin desmerecer por ello los buenos trabajos que se hacen hoy día, pues basuras se hacen con cualquier estilo y soporte). Las causas de este cambio, las que se me ocurren, son varias. Principalmente, que en los 80 no se dependía tanto de los programas de retoque por ordenador; también que con el auge del software de entretenimiento en los 80 se intentó llegar a los más jóvenes de la casa, para ellos iban dirigidos los videojuegos aunque luego fueran los padres los que jugaran casi más que ellos, propiciando esas cajas con dibujos coloristas y que rápidamente llamaban la atención. Igual por esto mismo, y con la llegada del público masivo a los ordenadores además del cambio de géneros dominantes, se vio que la tónica debía marchar por otros derroteros (ya se sabe, las portadas con dibujos son de cositas para críos). Y supongo que también influyó algo el paso de la caja grande de cartón a la de DVD (el paso videojueguil del vinilo al CD ), con menos espacio para las virguerías de los artistas. Y hecha la excusa introductoria, aquí va mi parcial selección de portadas de videojuegos para el recuerdo.
Candidata a portada para Metal Hurlant
Las portadas tenían ese estilo sword and sorcery ineludible a estos juegos y a la propia época. Es el momento de películas como Conan, Cristal Oscuro, Legend, Willow, La princesa prometida y tantas otras que llevaron los dibujos de los manuales de rol/ libros de fantasía/ discos de música y sus paladines, brujas y esqueletos a un público más genérico. En el caso de Ultima, el encargado de todas las portadas (excepto Ultima II), además de colaborar con las ilustraciones de los manuales o los diseños de los escenarios, fue Denis Loubet, artista cita como principales influencias a dibujantes como Frank Frazetta, Michael Whelan o Franklin Booth.
También de los juegos de rol y en la misma recopilación llegaba Space Hulk. En este videojuego sacado del mundo de Warhammer 40.000 (no lo parece, pero el rol no es lo mío) eras un marine del espacio dedicado a la caza y exterminio de aliens. El juego no llegó a funcionar, pero la portada tiene su interés.
Por la época en la que salió este último, 1993, empezaron a surgir los primeros shoot’em’up. Surgidos al calor del primigenio Wolfenstein 3D, los primeros shooters, los principales de ID Software, se publicaron con violentas, y por tanto atractivas, portadas con una marcada estética de cómic. Sobradamente conocidos son los trabajos para los dos primeros Doom de Don Ivan Punchatz e igualmente interesante es el diseño de fantasía oscura para Heretic.
Incluidos esos títulos de Apogee como Blake Stone o Rise of the Triad que engrosaron las listas de CDs con videojuegos shareware o como extras de la revista Tiempo (o cualquier otra), el equivalente del directo a videoclub del software de entretenimiento. Juegos que poca gente recuerda hoy, catalogados en su día de meros clones sin personalidad, pero que resultan entrañables y que ofrecen honestamente sus buenas horas de diversión sin pretensiones (como si el Doom tuviera más chicha, vaya. Aquí, una apología del RoTT).
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